[...perro rabioso...]
Pues si, creo haber descubierto un nuevo estado de mi ser; y es el de perro rabioso o perro apaleado. Herida como me encuentro, y con la terrible sensación de que el mundo entero se encuentra inmerso en una secreta confabulación contra mi persona, me dedico a mordisquear con ferocidad a todo aquel que se atreva a extender la mano para intentar acariciarme el lomo...
Es cierto, estoy en una de esas etapas en la que todo el mundo se te hace absolutamente insoportable salvo un puñaíto de personas con las que te sientes capaz de lamer tus heridas en silencio.
Irritable, arisca, insoportablemente ácida y sarcástica.
Estos creo que serían los adjetivos que mejor me definen ahora mismo; si no fuera por mi niña y su indescriptible paciencia ya me habrían hecho el vació universal. Y es que si en condiciones normales me cuesta un horror mostrarme tal y como me siento, bien por miedo, bien por orgullo, ahora mismo menos todavía. Simplemente no me sale o no quiero que me salga o no me da la gana.
Al fin y al cabo, todo el mundo tiene derecho a enfrentarse a la vida cuando considera que ésta le está tocando las pelotas más de la cuenta, no?
Por que la vida en ocasiones es muy perra, y cuando te coge manía le da por ser monotemática y recurrente en ciertos aspectos. Se regodea en las heridas y va escarbando poniéndote al límite hasta que, claro, acabas comportándote como un perro rabioso. Y en este caso, creo que se ha empeñado en hacerme superar mis recientes fracasos afectivos con una dura terapia de choque.
En fin... dormir es lo que debo hacer, que si no mañana llegaré tarde, me pondrán mala cara y me tendré que liar a mordiscos nada más empezar el día; y.... sinceramente me da pereza solo de pensarlo; la mala ostia requiere mucha energía...
Es cierto, estoy en una de esas etapas en la que todo el mundo se te hace absolutamente insoportable salvo un puñaíto de personas con las que te sientes capaz de lamer tus heridas en silencio.
Irritable, arisca, insoportablemente ácida y sarcástica.
Estos creo que serían los adjetivos que mejor me definen ahora mismo; si no fuera por mi niña y su indescriptible paciencia ya me habrían hecho el vació universal. Y es que si en condiciones normales me cuesta un horror mostrarme tal y como me siento, bien por miedo, bien por orgullo, ahora mismo menos todavía. Simplemente no me sale o no quiero que me salga o no me da la gana.
Al fin y al cabo, todo el mundo tiene derecho a enfrentarse a la vida cuando considera que ésta le está tocando las pelotas más de la cuenta, no?
Por que la vida en ocasiones es muy perra, y cuando te coge manía le da por ser monotemática y recurrente en ciertos aspectos. Se regodea en las heridas y va escarbando poniéndote al límite hasta que, claro, acabas comportándote como un perro rabioso. Y en este caso, creo que se ha empeñado en hacerme superar mis recientes fracasos afectivos con una dura terapia de choque.
En fin... dormir es lo que debo hacer, que si no mañana llegaré tarde, me pondrán mala cara y me tendré que liar a mordiscos nada más empezar el día; y.... sinceramente me da pereza solo de pensarlo; la mala ostia requiere mucha energía...