[...domingo...]

Domingo muerto, comienzo la semana a caballo entre el vertigo, el miedo, la confusión y el agotamiento por ser.

El fin de semana... como todos, como debe ser; riego con alcohol las heridas, amanezco dando vandazos torpes de mi cama a la ventana, dando patadas a los recuerdos el corazón se me abre de par en par y en un alarde de estupidez voy y me lo creo...

¿ el qué ?

Que lo valgo, que lo merezco, que hay vida mas alla de toda esta comedia, que lo mismo conseguiré ser feliz, que no necesito de nada ni de nadie, que el dolor no mata y que yo sola me basto para estrangular todos esos momentos que llevo prendiditos del pecho.

Pues si volvemos a las andadas, pero no tengo remedio... y no, no hay esperanza.

La verdad es que odio los domingos de resaca porque son un día muerto, sin vida, sin actividad, un día vivido en el anterior, una prolongación de la noche del sábado, sin sentido me paso el día dando vueltas a historias sin sentido... y claro como a mi la inactividad me puede y el aburrimiento me desquicia pues voy y salgo por donde nadie se espera...

Nada, que no tengo caso... que estoy fatal... que voy y equivoco los tiempos y las palabras mientras tiendo al sol todas mis miradas vueltas del revés.